domingo, 31 de julio de 2016

Corregir en PDF con tableta gráfica

Hoy voy a hablaros de mi sistema favorito para corregir, que no es otro que la corrección a mano con tableta gráfica. Básicamente, utilizo tres soportes para hacer mis correcciones: Word (con el control de cambios, que expliqué en la entrada anterior), Adobe InCopy y PDF con tableta gráfica. Sin lugar a duda, el que más me gusta es este último, y os voy a contar por qué.

Antes de nada, os explico brevemente qué es una tableta gráfica. Es un aparato periférico que se conecta al ordenador y permite introducir, mediante un bolígrafo específico, trazos a mano que se pueden convertir en dibujos, gráficos o, simplemente, en texto escrito a mano. Es como si escribiéramos o dibujásemos sobre papel, solo que en este caso los movimientos de la mano los hacemos sobre la tableta y lo que escribimos aparece automáticamente en la pantalla de nuestro ordenador. Es una de las herramientas básicas de ilustradores y diseñadores, pero también puede resultarnos muy útil a los correctores.

Una de las principales editoriales para las que trabajo me enviaba siempre los documentos en formato físico, por lo que antes de saber que existía este aparato siempre corregía a mano, directamente sobre el papel. Indudablemente, si escribes a mano, y además te encanta, no hay nada como hacerlo sobre papel, pero este sistema presentaba tres problemas fundamentales: los ajustados plazos de devolución de los encargos (había que tener en cuenta el tiempo que el documento tardaba en llegar a su destino), el coste que le suponía a la editorial el servicio de mensajería y, el más importante, el riesgo de que el encargo se perdiese o dañase durante el transporte. Ante esa posibilidad, que me haría perder días de trabajo, siempre hacía fotocopias de los documentos antes de mandarlos de vuelta, pero esto suponía un gasto innecesario de papel y dinero. Así que, cuando los encargos empezaron a aumentar y tenía la agenda repleta con las fechas en las que me visitarían los mensajeros para entregarme o recoger los papeles, busqué un método alternativo que me permitiera seguir corrigiendo a mano y que me ahorrase todos esos trámites intermedios tan fastidiosos.

La solución la encontré en una Wacom Intuos Draw. Hay muchísimos modelos disponibles en el mercado, pero este se adapta perfectamente a lo que necesito. La tableta es de tamaño pequeño y viene acompañada de un bolígrafo especial para tabletas sensible a la presión, con lo cual el trazo se asemeja mucho al real. Para conseguir una escritura fluida y natural hace falta un poco de práctica, sobre todo para ceñirse al espacio de la propia tableta y para ajustar correctamente la presión que ejercemos al escribir.

¿Y en qué programas podemos utilizar la tableta? En principio, en casi todos los editores de PDF. Yo utilizo, según necesite unas funciones u otras, tres editores: Nitro Pro 10, Adobe Acrobat Pro y Foxit PhantomPDF, que son estupendos programas pero que, sin embargo, no me han convencido a la hora de corregir con la tableta. En todos ellos, el trazo es antinatural, demasiado rígido y forzado, parecido a como cuando intentas escribir algo utilizando el ratón, por lo que rápidamente los descarté para esta tarea.

Finalmente, encontré el editor perfecto: PDF Annotator, que tiene unas funcionalidades para la escritura a mano fabulosas: un trazo impecable, numerosas herramientas de personalización, amplísima variedad de colores, subrayados, etc. También te permite realizar trazos perfectamente rectos (muy útil si tienes que subrayar frases largas) cambiar el tamaño y el color de las marcas de corrección ya dibujadas e, incluso, poder guardar estas marcas como sellos para utilizarlas siempre que quieras. Únicamente debes seleccionarlas y arrastrarlas hasta el lugar que corresponda, sin necesidad de dibujarlas de nuevo.


En fin, todo un descubrimiento que ha cambiado mi sistema de corregir a mano y que me ha permitido ganar rapidez y seguridad (ya que los documentos corregidos quedan perfectamente digitalizados y puedo volver a consultarlos siempre que lo necesito). Es una opción realmente recomendable si todavía se tiene, como yo, la suerte de corregir a mano o si se es un amante de lo analógico, pero es también una alternativa a tener en cuenta si tenemos clientes que envían sus encargos en PDF. Personalmente, no me gusta nada corregir sobre PDF (me refiero a modificar el texto directamente, como si fuese un documento de Word, ya que suele dar bastantes problemas y es un sistema lento, por no mencionar las veces en las que el texto no es editable y hay que hacer las correcciones utilizando globos o comentarios). Por eso, si os convence el método, podéis proponérselo a vuestros clientes. Ganaréis en rapidez y comodidad.

Pero, por supuesto, no todo podría ser bueno. A este sistema le encuentro dos inconvenientes fundamentales. El primero es que solo es válido para corregir en maqueta, es decir, para hacer correcciones ortotipográficas (para la corrección de estilo, nada como el incombustible Word). El segundo es que el destinatario debe conocer todas las marcas de corrección que utilizamos, por lo que quizás es más recomendable para determinado tipo de clientes (editoriales, por ejemplo, en las que editores y maquetadores conocen las marcas perfectamente) que para particulares, que se pueden sentir más cómodos con las correcciones en Word o con comentarios bien visibles dentro del PDF.

Si os resulta interesante este sistema, puedo dedicar otra entrada a explicar más detalladamente el funcionamiento de PDF Annotator y cómo tengo personalizados los botones de la tableta y del bolígrafo. Espero que os animéis a probarlo.